¿Cuántas
veces te ha pasado que al querer iniciar algún camino diferente en tu vida,
nunca falta alguien que te desanime?
Ya sea que tu propósito sea abrir un nuevo
negocio, entrar a estudiar cualquier arte o ciencia, atreverte a invitar a
salir a esa persona que tanto te gusta o simplemente arriesgarte a comportarte
de forma diferente a lo que los demás esperan de ti, siempre habrá una voz que
se alzará en tu contra, tratando de convencerte que ni siquiera lo intentes,
alegando que es por tu propio bien.
Esa
oposición, que suele provenir de la gente más cercana a nuestro alrededor, es
efecto de una antigua ley que incluso aparece en el ámbito de la física, y que
fue descubierta por Isaac Newton. Es la “ley de acción y reacción” que postula
lo siguiente: “Con toda acción, ocurre siempre una reacción de igual fuerza,
pero en sentido contrario a ésta”.
Esto trae como consecuencia que mientras más
hablas de tus planes y proyectos, más intensamente tendrás oposición por parte
de los robadores de sueños que te rodean.
Curiosamente,
mientras los frutos de tu plan sean más intangibles y no impliquen remuneración
económica, la oposición es aún mayor.
Por ejemplo: no es lo mismo que platiques
que te gustaría abrir una tintorería, porque es algo que desde niño te ha llamado
la atención, a que comentes que tienes interés en unirte a un grupo que
practica meditación semanal.
Siempre tendrás más reacciones a la segunda que a
la primera, por extraño que parezca.
También
los proyectos a largo plazo suelen tener una oposición muy fuerte.
Cuando les
comenté a mis amigos la idea que tenía de escribir un libro, hubo uno que me
dijo textualmente: “Ya déjate de tonterías y mejor ponte a trabajar. No sé por
qué te la pasas pensando en cosas que no te dejan dinero y te quitan tiempo
para ganarlo. Ya pon los pies sobre la tierra”. En ese instante supe que iba
por buen camino.
Paradójicamente,
este tipo de reacción es buena señal, quiere decir que nuestros pasos van bien
encaminados hacia el objetivo que nos hemos propuesto. Cuando no hay oposición,
se debe a que la intención no tiene la suficiente fuerza como para generarla y
por lo tanto no es significativa, ni en impulso ni en los posibles resultados.
Si
entiendes que la función de los robadores de sueños es dedicarse a desanimarte,
tienes que considerar la etimología de la palabra “desanimar”: se compone de
dos partes “des”, que es negación y “anima” que se refiere al alma, a la vida.
Esto es, des-animar equivale a negar los impulsos de tu alma, a robártelos
utilizando argumentos que parecen razonables, y que si son aceptados por ti,
habrás permitido que gane la fuerza opositora natural, en lugar de la de tu ser
interior.
El
robador de sueños, en la mayoría de los casos, creerá que está actuando en pro
de la persona, y sin malas intenciones, sin darse cuenta que sólo es un
artífice de fuerzas naturales que posiblemente no se había dado cuenta que
existen y que lo motivan a actuar de esa forma.
Incluso, cuando consiguen que
alguien desista de sus sueños, decretan orgullosos: “Lo hice entrar en razón”.
Lo único que ocurre, es que se vuelven la voz del ego, que logra contaminar al
ego del otro, por resonancia.
Me pregunto qué pasaría si la frase fuera
cambiada por “Lo hice entrar en corazón”. En lugar de fuerza opositora, se
convertiría indudablemente en impulsora.
Conociendo
esto, debemos sentirnos agradecidos por la existencia de estos personajes,
porque finalmente son evidencia de que lo que nos proponemos llevar a cabo,
será indudablemente benéfico para nosotros y para los que nos rodean, y en
última instancia, para el mundo.
Nunca hay que menospreciar un sueño.
De
ahora en adelante, cuando tengas la intención de hacer algo cuyo deseo viene de
tu interior, hónralo, porque es tu alma encaminándote a cristalizar los
propósitos de tu existencia y mientras lo concretas, sólo compártelo con
aquellas personas que sabes que no te robarán tus sueños y que además te
alentarán a realizarlos.
Evita a toda costa convertirte tú también en uno de
ellos, por muy bien intencionado que creas estar.
Sé la fuerza que impulsa, no
la que detiene.
Si aun así aparece un robador de sueños, agradécele y perdónalo
porque sólo está enseñándote que tus pasos van en dirección correcta.
¡Que
tengas un feliz fin de semana!