martes, 31 de marzo de 2015

Ejercicio de meditación de Alejandro Jodorowsky


SE TRATA DE ABSORBER LA DIVINA LUZ DEL UNIVERSO EN 6 RESPIRACIONES:

1) Inspira imaginando que absorbes la luz por los ojos. Deja que esa luz te bañe todas las células del cerebro. Lanza esa luz al cosmos.

2) Inspira imaginando que absorbes la luz por tus orejas. Deja que esa luz bañe todas las palabras que están en tu cerebro. Lánzala al cosmos.

3) Inspira imaginando que absorbes la luz por tu corazón. Deja que ella bañe todos tus sentimientos. Lánzala luego al cosmos.

4) Inspira imaginando que absorbes la luz por tu sexo. Deja que ella te bañe todos tus deseos. Lánzala luego al cosmos.

5) Inspira imaginando que absorbes la luz por toda tu piel. Deja que esa luz limpie y de salud a tu cuerpo. Lánzala luego al cosmos.

6) Inspira e imagina que con tu alma absorbes la luz. Deja que esa luz llene tu alma de felicidad. Expulsa la luz pero guarda la felicidad.

sábado, 28 de febrero de 2015

Personas positivas y felices









Abundancia y Prosperidad

¿Qué es la abundancia? 


La abundancia es un estado del ser. La abundancia es el estado en el cual sientes que tienes todo lo que quieres. Es un sentimiento activo, una emoción. 

La abundancia está en tu humor vibratorio, la abundancia está en tus emociones diarias. 

La abundancia es parte de tu integridad y está en tu mente, cuerpo y espíritu. 

La abundancia no es una cuenta en dólares o cosas materiales como mucha gente piensa. 


 ¿Qué es la pobreza? 


La pobreza también es un estado del ser. Pobreza es el estado de carecer de lo que quieres. 

Pobreza es el estado de resistencia para tener lo que quieres. Es un sentimiento activo, una emoción. 

La pobreza está en tu humor vibratorio, la pobreza está en tus emociones diarias. La pobreza es parte de tu integridad y está en tu mente, cuerpo y espíritu. 

La pobreza no es la ausencia de dinero en tu cuenta bancaria o cosas materiales como mucha gente piensa. 

Si, la abundancia y la pobreza son estados del ser. Están en nuestras creencias, pensamientos y emociones. 

Por eso es que hay algunas personas que no tienen muchas cosas materiales y son felices, tienen abundancia en sus vidas porque ellos creen y sienten que tienen todo lo que ellos quieren; por otro lado, podemos ver algunas personas que tienen muchas cosas materiales y se rodean de lujos y se están quejando todo el tiempo porque no tienen suficiente. Este tipo de personas no tiene abundancia en sus vidas aun cuando ellos tienen todas las cosas materiales que quieren. 

Siendo que la abundancia y la pobreza son estados del ser, podemos crearlas a través de nuestro humor vibracional, de nuestras emociones o estados de ánimo. 

¿Qué estas creando diariamente? Si te estás quejando de la falta de dinero y diciéndote a ti mismo y a los demás que es muy difícil tener dinero, o que el dinero es un problema, estos sentimientos están bloqueando la abundancia y estas creando más pobreza. Pero tú puedes crear lo que quieras. 

¿Qué quieres crear: pobreza o abundancia? 


Somos creadores y creamos cosas de adentro hacia afuera. La abundancia es una emoción, la emoción de tener todo lo que quieres sin importar las circunstancias. 

Quizás estas pensando: Es fácil de decirlo, pero es muy difícil cuando tienes deudas y no tienes dinero para pagar las cuentas, y es correcto, es muy difícil, así que estás creando más pobreza cuando piensas de esa forma y empeoras tu situación. Si quieres crear abundancia en tu vida, la forma mas fácil es empezar con tus palabras. 

Las palabras crean pensamientos. La repetición de las palabras se convierte en creencias, y las creencias crean sentimientos; tú puedes activar esos sentimientos para convertirlos en emociones y tus emociones son tu humor vibracional. 

Empieza por saber que tú te mereces sólo cosas buenas, lo mejor. 

La abundancia te está esperando, sólo necesitas orar y laborar.

Tomado de Wayne Dyer.

domingo, 4 de enero de 2015

Manual para escalar Montañas

A) Escoge la montaña que deseas subir: no te dejes llevar por los comentarios de los demás, que dicen "ésa es más bonita", o "aquélla es más fácil". Vas a gastar mucha energía y entusiasmo en alcanzar tu objetivo, y por lo tanto eres tú el único responsable y debes estar seguro de lo que estás haciendo.

B) Sabe cómo llegar frente a ella: muchas veces, vemos la montaña de lejos, hermosa, interesante, llena de desafíos. Pero cuando intentamos acercarnos, ¿qué ocurre? Que está rodeada de carreteras, que entre tú y tu meta se interponen bosques, que lo que parece claro en el mapa es difícil en la vida real. Por ello, intenta todos los caminos, todas las sendas, hasta que por fin un día te encuentres frente a la cima que pretendes alcanzar.

C) Aprende de quien ya caminó por allí: por más que te consideres único, siempre habrá alguien que tuvo el mismo sueño antes que tú, y dejó marcas que te pueden facilitar el recorrido; lugares donde colocar la cuerda, picadas, ramas quebradas para facilitar la marcha. La caminata es tuya, la responsabilidad también, pero no olvides que la experiencia ajena ayuda mucho.

D) Los peligros, vistos de cerca, se pueden controlar: cuando empieces a subir la montaña de tus sueños, presta atención a lo que te rodea. Hay despeñaderos, claro. Hay hendiduras casi imperceptibles. Hay piedras tan pulidas por las tormentas que se vuelven resbaladizas como el hielo. Pero si sabes dónde pones el pie, te darás cuenta de los peligros y sabrás evitarlos.

E) El paisaje cambia, así que aprovéchalo: claro que hay que tener un objetivo en mente: llegar a lo alto. Pero a medida que se va subiendo, se pueden ver más cosas, y no cuesta nada detenerse de vez en cuando y disfrutar un poco del panorama alrededor. A cada metro conquistado, puedes ver un poco más lejos; aprovecha eso para descubrir cosas de las que hasta ahora no te habías dado cuenta.

F) Respeta tu cuerpo: sólo consigue subir una montaña aquél que presta a su cuerpo la atención que merece. Tú tienes todo el tiempo que te da la vida, así que, al caminar, no te exijas más de lo que puedas dar. Si vas demasiado deprisa, te cansarás y abandonarás a la mitad. Si lo haces demasiado despacio, caerá la noche y estarás perdido. Aprovecha el paisaje, disfruta del agua fresca de los manantiales y de los frutos que la naturaleza generosamente te ofrece, pero sigue caminando.

G) Respeta tu alma: no te repitas todo el rato "voy a conseguirlo." Tu alma ya lo sabe. Lo que ella necesita es usar la larga caminata para poder crecer, extenderse por el horizonte, alcanzar el cielo. De nada sirve una obsesión para la búsqueda de un objetivo, y además termina por echar a perder el placer de la escalada. Pero atención: tampoco te repitas "es más difícil de lo que pensaba", pues eso te hará perder la fuerza interior.

H) Prepárate para caminar un kilómetro más: el recorrido hasta la cima de la montaña es siempre mayor de lo que pensabas. No te engañes, ha de llegar el momento en que aquello que parecía cercano está aún muy lejos. Pero como estás dispuesto a llegar hasta allí, eso no ha de ser un problema.

I) Alégrate cuando llegues a la cumbre: llora, bate palmas, grita a los cuatro vientos que lo has conseguido, deja que el viento allá en lo alto (porque allá en la cima siempre hace viento) purifique tu mente, refresca tus pies sudados y cansados, abre los ojos, limpia el polvo de tu corazón. Piensa que lo que antes era apenas un sueño, una visión lejana, es ahora parte de tu vida. Lo conseguiste.

J) Haz una promesa: aprovecha que has descubierto una fuerza que ni siquiera conocías, y dite a ti mismo que a partir de ahora, y durante el resto de tus días, la vas a utilizar. Y, si es posible, promete también descubrir otra montaña, y parte en una nueva aventura.

K) Cuenta tu historia: sí, cuenta tu historia. Ofrece tu ejemplo. Di a todos que es posible, y así otras personas sentirán el valor para enfrentarse a sus propias montañas.

Paulo Coelho

jueves, 1 de enero de 2015

Los talentos o dones


Porque el reino de los cielos será semejante a un hombre que al emprender un viaje largo (vida), llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.

A uno dio cinco talentos (dones, carismas o cualidades), a otro dos, y a otro, uno. A cada uno dio conforme a su capacidad y se fue lejos.

Inmediatamente, el que había recibido cinco talentos se fue, negoció con ellos y ganó otros cinco talentos.

De la misma manera, el que había recibido dos ganó también otros dos.

Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.

Después de mucho tiempo, vino el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos.

Cuando se presentó el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos y dijo: “Señor, me entregaste cinco talentos; he aquí he ganado otros cinco talentos.”

Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor.”

Y cuando se presentó el que había recibido dos talentos, dijo: “Señor, me entregaste dos talentos; he aquí he ganado otros dos talentos.”

Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor.”

Pero cuando se presentó el que había recibido un talento, dijo: “Señor, yo te conozco que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste.

Y como tuve miedo, fui y escondí tu talento en la tierra. Aquí tienes lo que es tuyo.”

Su señor respondió y le dijo: “¡Siervo malo y perezoso! ¿Sabías que cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí?

Por lo tanto, debías haber entregado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, habría recibido lo que es mío con los intereses.

Por tanto, quitadle el talento y dadlo al que tiene diez talentos.

Porque a todo el que tiene le será dado, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

Al siervo inútil echadlo en las tinieblas de afuera.” Allí habrá llanto y crujir de dientes.

Mateo 25:14 -30

domingo, 27 de enero de 2013

Cinco curas para la IMPUNTALIDAD...

Sí, estoy de acuerdo, todos alguna vez hemos sentido la pena de entrar a algún lado de puntitas, con el corazón agitado, deseando ser transparentes, llenos de justificaciones y con cara de perdón, se me hizo tarde...

Sin embargo, ¿conoces a alguien que tiene el hábito de la impuntualidad crónica? ¿Qué tiene la inexplicable habilidad de levantarse a las seis y de todos modos siempre llega tarde a trabajar?

Personas que del más vale tarde que nunca han hecho una forma de vida; que llegan al final de fiestas sorpresa, desayunos, juntas o funerales; lo que sea!

Las investigaciones demuestran que este hábito es difícil de superar y que se parece, de muchas maneras, a comer en exceso. Como el que se levanta con la firme decisión de hacer dieta, el impuntual crónico promete llegar a tiempo. Y así, como el primero se rinde ante el primer chocolate o taco que se le atraviese, el impuntual crónico sucumbe a la tentación de hacer esa última cosa antes de salir de su casa.

¿Los tempraneros serán unos exagerados y apretados, o en verdad es tan importante ser puntual? A juzgar por todo lo que conlleva, vale la pena ser puntal: de lo contrario, se afecta tu autoestima, se sabotean las relaciones, impacta la vida de otros, da muy mala impresión, disminuye el respeto que otros tengan por ti, cuesta a las empresas, y lo peor es que causa un efecto de bola de nieve.

Habría que analizar que todo hábito negativo que adquirimos es porque consciente o inconscientemente, en el fondo recibimos un beneficio. ¿Cuál?

Existen cinco tipos de impuntuales crónicos con hábitos y motivaciones que, en general, caben en una de estas categorías: El Hacedor, El Racionalizador, El Adicto a la Adrenalina, El Relajado o El Rebelde.

El Hacedor. Es el que siente que tiene que exprimir cada minuto del día y constantemente compite con el reloj. Tiene un pensamiento mágico con el que sobrestima el tiempo y cree que va a poder hacer todo en un lapso específico. Aun cuando su reloj le indica ?ya salte?, piensa que sí puede hacer otra cosa más.
Cura: Cambia tu mantra. Si me apuro, puedo hacer... Detente, respira hondo y mejor repite algún mantra de éstos: ¿estoy siendo optimista o realista? ¿Estaré haciendo demasiadas cosas? o ¿Esto lo hago porque lo necesito o porque me gusta? Enfoca tu atención.

El Racionalizador. Es aquél que, al llegar tarde, siempre tiene la excusa perfecta: el tráfico, los niños, mi jefe, lo que sea; siempre culpa a otros o a las circunstancias; minimiza las cosas, no reconoce que es su culpa o que en algo intervino, y se convence a sí mismo de que es la víctima.
Cura: Reconoce el problema; revisa honestamente todos los momentos penosos, agonizantes, las multas, las reprimendas y las oportunidades perdidas y lo que esto afectó. Pregúntate si puedes prevenirlo y cómo. Empieza a monitorear tu puntualidad y anótala en un calendario. Comprende que llegar tarde es una opción, y las opciones las escogemos de acuerdo a las prioridades en la vida. Enfócate en los demás y piensa en su frustración y en lo que ellos tuvieron qué hacer o dejar de hacer para llegar puntuales.

El Adicto a la Adrenalina. Es el que espera hasta último minuto para actuar, porque siente que trabaja mejor bajo presión. Se aburre rápido y disfruta vivir en el límite porque... es más divertido. El llegar a un lado de una manera tranquila y metódica simplemente no se lleva con su afinidad por la vida agitada.
Cura: Reconoce cuándo y cómo creas tus propias crisis. Date cuenta cuándo empiezas a actuar en ?automático? y a posponer las cosas. Una de las mejores formas de deshacerte de un hábito es suplirlo por otro. Si necesitas la adrenalina del último minuto, busca otro tipo de estímulo que te la proporcione, como la satisfacción que te da dominar tus impulsos y lo bien que te sentirás cuando llegues a tiempo. Empieza un juego contigo mismo(a). Contempla si puedes llegar diez minutos antes tres veces a la semana. Hazlo divertido y date premios o castigos.

El Relajado. Es aquél al que le cuesta trabajo ser disciplinado y posponer el placer. Ya que está listo para salir, consciente o no, escoge hacer algo que provoca llegar tarde. Quizás, se baña con toda calma, toma otra taza de café, se cambia una vez más de ropa, lee otro artículo del periódico o hace esa última llamada. Puede ser disciplinado en otras áreas de su vida, pero no para llegar a tiempo.
Cura. Aprende a aumentar tu tolerancia a la incomodidad. Es cierto, la mayoría caemos en la tendencia de hacer lo que sea más cómodo; nacimos hedonistas. Sin embargo, la habilidad de hacer lo que quieres por lo que tienes, es básica para llegar a tiempo. La fuerza de voluntad es como un músculo. Practica la incomodidad; por ejemplo, cada día renuncia a algo pequeño. Si normalmente tomas dos tazas de café, toma una y media, si pasas veinte minutos en la regadera, báñate en quince. Considéralo un juego, una prueba en contra de tus instintos.

El Rebelde. Es aquél al que le gusta sentir que controla una situación y se rehúsa a ser controlado. Se le dificulta aceptar la autoridad y necesita ser y aparecer como alguien importante, especial, diferente. Le encanta desafiar las reglas, ver cómo otros aprietan los dientes y no siente la menor pena al llegar tarde. Puede ser un problema de baja autoestima.
Cura. Comienza por darte cuenta cuándo y por qué te rebelas. Observa, ¿te resistes a las reglas sólo en el trabajo, o también en los asuntos familiares? Trata de analizar cada situación en particular y pregúntate si en verdad vale la pena que esto origine que ganes enemistades. Tarde o temprano, verás cómo cooperar es parte de la vida y que es muy gratificante hacerlo.

Pensemos que lo más importante para un ser humano es la vida, y la vida está formada de años, meses, días, horas, minutos, segundos, en fin, tiempo. Si llegamos tarde, estamos haciendo perder el tiempo al otro, por lo tanto, robándole lo más valioso que tiene. Así que seamos puntuales.